Los niños nunca mienten:
imaginan.
En esas travesuras
les va la vida.
Por eso del futuro,
no obliguen a
los niños
a que me estudien:
enséñenles mi canto.
y cuando ya los harte
mi canción,
que aprendan a cantar
su propio canto.
El pentragrama del futuro
es mudo
y se escribe cantando.
Los pueblos son poemas
y los niños
de un siglo y otro siglo,
son los únicos
que pueden descifrarlos.
Yo inventé una canción
cuando era niño
sin estudiar a nadie.
Por eso debe ser
que, a medio siglo
de aquel niño que fui,
sigo cantando.
Cosas de niños ( 1991)
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